Párate un momento. Párate. Ya. Uno. Dos. Ahora. Sigue, no pares, no pienses, no mires atrás. No descubras cuánto te he robado, cuánto he cogido en solo dos segundos, en dos instantes, dos órdenes. Es el tiempo que transcurre -
el tiempo no existe- entre tu sonrisa y la mía, mientras me imitas. No es ni medio segundo... pero es robado. Y ahora sonríe, que es mío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario